Solidariedade aos companheiros e a Fabián Harari que estão sofrendo perseguições ideológicas, militantes e políticas.
CONICET: ajuste y persecución
Este año el organismo público de
producción científica, CONICET, profundizó el ajuste que viene llevando contra
los científicos. Esta vez, achicando la brecha para el ingreso de los becarios (trabajadores
precarios) a carrera (planta permanente). A esta avanzada contra los
trabajadores, se suma una persecución ideológica contra el marxismo, una
conducta inadmisible de por sí, pero más aún en una dependencia estatal. Se
trata de un asunto relevante, no solo porque desmiente toda la publicidad
oficial sobre los “grandes logros” en materia de ciencia, sino porque marca una
tendencia peligrosa para los investigadores y para todos los que nos
consideramos parte de la izquierda en Argentina.
Luego de trabajar tres años en forma
precaria, es decir, como becario, sin cobertura social, sin aportes
jubilatorios y sin ningún tipo de estabilidad laboral, Fabián Harari, Doctor en
Historia y docente de la UBA se presentó a concurso para el ingreso a carrera de
investigador científico, que es la instancia por la que uno pasa “a planta”. El
8 de noviembre, le llegó el fallo de laComisión de Ciencia Política, Derecho y
Relaciones Internacionales con el rechazo al proyecto, que lo deja fuera del
sistema. En el dictamen, se verifica un ensañamiento propio de quien desconoce
la especialidad y, más grave aún, de quien se siente completamente impune para
decir lo que se le ocurra.
En primer lugar, hubo un “error”
preocupante. El doctorado es un requisito fundamental y sine qua non para
entrar en carrera. Harari defendió su tesis doctoral el 19 de marzo y el 23
acercó el acta de defensa de tesis por mesa de entradas. Luego, la mandó
escaneada por mail el 5 de abril. Sin embargo, la comisión reunida en agosto
dictaminó: “no ha completado su Doctorado ni informa otro título de Posgrado.
Por esta razón su formación de posgrado es insuficiente para desempeñarse en la
CIC ”. Ante este dictamen Fabián Harari, se comunicó con el personal de CONICET
para asegurarse de que los certificados correspondientes a su doctorado no
hubiesen sido traspapelados, a lo que se le respondió que “su envío se
registró en sistema en el mes de marzo de 2011” . Es decir, la tesis sí ingresó
para ser evaluada y no se ha detectado error administrativo alguno. Por lo
tanto, aparentemente fue la comisión la que omitió o directamente falseó en
forma deliberada información fundamental. Todavía existiría la posibilidad de
pensar que se trata de un error involuntario, sino fuera que a otro militante
de Razón y Revolución, Tamara Seiffer, le ocurrió lo mismo, el mismo año en la
misma comisión. A ella, la comisión evaluadora, no le consideró su doctorado
concluido. Cabe señalar que la evaluación de ingreso a carrera del CONICET está
siempre plagada de errores y arbitrariedades, pero dentro de todo el historial
que hemos recogido no nos ha llegado información de postulantes a quienes se
les desconociera el doctorado, es decir, el elemento central a evaluar. Que
esto ocurra simultáneamente en la misma comisión a tres intelectuales marxistas
que militan en la misma organización resulta por lo menos llamativo. Si a esto
se añade que en el dictamen de uno de ellos explícitamente se pondera en forma
negativa su condición militante, la persecución ideológica resulta evidente. En
el dictamen de Fabián Harari, no en una, sino en tres ocasiones se señala dicha
condición. La tercera alusión es la más preocupante y denota el criterio
persecutorio, cuando al referirse a sus artículos dicen que:
“Si bien éstos parten de un buen
conocimiento de la literatura y exhiben trabajo de investigación con fuentes
primarias, tienen un tono excesivamente polémico y militante ajeno a las
reglas del arte.”
Es decir, se reconoce que los artículos
cumplen con los requisitos de una publicación científica, pero la condición de
militante (y el tono correspondiente) de Fabián Harari parece bastar para
descalificar el trabajo. Harari es militante de Razón y Revolución. No se
entiende por qué eso puede ser motivo para negarle el acceso a la investigación.
Se trata de un caso claro de persecución ideológica y política que no
deberíamos dejar pasar. Un desconocimiento a la necesaria evaluación objetiva y
un criterio ad hominem, reñido con la actividad científica.
Cabe destacar, que la persecución
que denunciamos puede tener lugar por un sistema perverso que la permite. No
existen criterios explícitos y menos permanentes para la evaluación de
los postulantes. Cada año, cada comisión establece las condiciones para
ingresar, en función de criterios que no se hacen públicos en su totalidad.
Esto es particularmente cierto para el caso de la evaluación de las
publicaciones. Un artículo publicado en una revista será muy importante, poco
importante o no tendrá valor de acuerdo a la comisión y al año en que se presentó
el expediente. Así, sin reglas claras, todo se resuelve en la arbitrariedad del
jurado. Es necesario que se expliciten criterios claros.
A todo esto, si alguien intenta hacer
un reclamo formal o una reconsideración del fallo, se le prohíbe presentarme en
nuevas convocatorias mientras su reclamo no haya sido resuelto (CONICET,
resolución 3199/2010). De esta manera, de acuerdo a una resolución claramente
inconstitucional, quien se encuentra en la situación de protestar por la
discriminación que ha sufrido, inmediatamente es sancionado. Cabe destacar que
en un sistema fuertemente competitivo, con rígidos topes de edad para ingresar,
para un científico presentar un recurso de este tipo puede significar quedarse
fuera del sistema y perder la posibilidad de desempeñarse en la actividad para
la cual se ha formado.
No por nada cuando el CONICET recibe
una consulta sobre los mecanismos de reclamo, no dejan de recordarle al
interesado, la existencia de esta cláusula y la inconveniencia de una
apelación. De este modo, la consabida cláusula evita que se abra la boca y deja
al jurado con total impunidad para decir lo que quiera. Hasta ahora, este
mecanismo ha limitado a un mínimo los recursos presentados por los becarios que
se desempañan como trabajadores precarizados del CONICET, pero es hora de que
digamos algo al respecto. Es hora de que se derogue esta cláusula: los
investigadores tenemos derecho a reclamar.
Frente a la publicidad de científicos
“repatriados”, vemos que aquí se persigue y se expulsa del sistema a
intelectuales que han dado muestra de su capacidad y esfuerzo. Incluso se los
persigue por sus ideas. La mayoría de los doctores del país se está quedando
fuera del sistema, porque el Estado no puede darles trabajo. Que quede claro:
no piden ninguna dádiva, sino la posibilidad de trabajar de lo que saben y para
lo gastaron tantas horas de estudio, de lectura, de escritura y para lo que,
incluso, tuvieron que poner plata de su bolsillo.
Como síntoma de esta creciente
expulsión, este año el CONICET ha creado el “Programa de Inserción Laboral de
Doctores” dentro de su oficina de Recursos Humanos. Este Programa ayuda a los
científicos a confeccionar su CV y los asesora para mejorar su desempeño en
entrevistas laborales. Quizás el próximo paso sea la confección de un padrón de
instituciones extranjeras a donde ir a pedir trabajo. Una vergüenza.
El ajuste, ha agudizado las
arbitrariedades presentes desde antes en el proceso de selección de los
investigadores que ingresan a carrera de CONICET y esto, a su vez, ha generado
casos de visible persecución ideológica. Los compañeros de ATE se han
solidarizado y han escrito un comunicado de prensa por este problema y por el
caso particular de Fabián Harari.http://www.anred.org/breve.php3?id_breve=6852
Apoyamos sus reivindicaciones y esperamos que otras organizaciones políticas y
sindicales se expidan.
Tenemos que poner un límite al ajuste,
a las arbitrariedades, al clientelismo y a la persecución ideológica. La
posibilidad de desarrollar conocimiento no puede quedar en manos de unos pocos
que se jactan de su macartismo.
Repudiamos profundamente la
discriminación ideológica y política que se produce en las evaluaciones y que
se hizo explícita en la de Fabian Harari
Exigimos a CONICET que se instrumente
la explicitación de los criterios de evaluación de los antecedentes y proyectos
para el ingreso a la carrera de investigador científico y la implementación de
veedurías gremiales de los procesos de evaluación
Exigimos a CONICET la inmediata
anulación de la normativa que impide la postulación al Ingreso a carrera a
quienes hayan presentado un recurso ante la institución u otros organismos
Razón y Revolución
Mais
informações: http://www.anred.org/breve.php3?id_breve=6852